Muchos pacientes con asma buscan terapias alternativas o complementarias. Una de ellas es la reflexología.
Para empezar, conviene aclarar que la reflexología nunca debe ser usada como un tratamiento de emergencia para el asma. Sin embargo, la aplicación de reflexología como tratamiento habitual regular puede dar lugar a una reducción de los síntomas del asma. No obstante, conviene siempre llevar un seguimiento médico de la enfermedad.
La reflexología puede ayudar a reducir los niveles de estrés de la persona con asma. Es bien conocido que el estrés puede ser un factor desencadenante de los ataques asmáticos. Además, también puede estimular el sistema respiratorio.
Con esta terapia, la reflexologia, es posible ayudar al paciente a respirar con más facilidad e impedir la tensión diafragmática y facilitar que los pulmones sean capaces de expandirse. A través de las técnicas de relajación que promueve la reflexología aplicadas de forma regular se puede conseguir una reducción en los ataques de asma
Además, otro de los beneficios de la reflexología es el aumento de la circulación y de la energía. Después del tratamiento, los pacientes generalmente se sienten relajados y libres de ansiedad. Durante la reflexología, las zonas de los pies (o de las manos) que son manipuladas ayudan a equilibrar el centro de la energía. La presión que se aplica envía una señal directa al sistema nervioso, al sistema circulatorio y al sistema respiratorio.
En definitiva, la reflexología puede ayudar a los enfermos asmáticos a mantener la calma en una situación de alto estrés y a respirar mejor.